Cuando se busca financiación con inversores, a menudo se manejan opciones como venture capital y private equity. Estos conceptos tienen puntos en común, razón por la cual, a veces, son identificados como algo similar. No obstante, los separan diferencias clave. ¿Cuáles son?
En este caso, el capital inversor se comporta de una manera diferente al private equity. Se coloca en empresas nuevas, generalmente tecnológicas. A continuación, se detallan, paso a paso, las particularidades que definen esta forma de inversión.
Principalmente, en sectores como el tecnológico, biotecnológico o medioambiental (energías renovables) que estén en fases iniciales de su desarrollo. El componente disruptivo o innovador actúa como un polo de atracción para los inversores.
Su participación resulta minoritaria, generalmente por debajo del 30%. Respecto a las cantidades económicas, no suelen superar los 5-10 millones de euros, que se cursan con capital y no, como en la otra opción, con deuda, por ejemplo.
Dada la naturaleza de las empresas en las que se invierte, el riesgo es elevado. Son compañías nuevas, sin una trayectoria sólida, con proyectos que aún no están consolidados y que se encuentran en una primera fase en el tiempo, no tienen el aval de buenos resultados en el pasado aunque sí un plan de negocios potente y una primera implementación en el mercado, que ofrecen ciertas seguridades a los inversores.
Es una inversión en capital de arranque o startup capital. Se aporta inversión para que un modelo de negocio que ya está testado, pueda escalarse. De esta manera la empresa, gracias a los capitales obtenidos, puede acceder a otros mercados o desarrollare nuevas líneas de negocio.
Esta opción puede considerarse conservadora en términos de riesgo, pero potente en lo que se refiere a capital invertido. Estas son las características que la hacen diferente al venture capital.
Su objetivo son empresas pyme asentadas en el mercado. Las receptoras de capital han atravesado sus fases iniciales y se encuentran consolidadas en la etapa de crecimiento.
La financiación implica la capacidad de realizar cambios estructurales de calado, que impacten positivamente en la estabilidad económica. Además, en este caso, las inversiones se realizan en entidades de cualquier sector, no solo en las disruptivas.
En muchas ocasiones, las firmas inversoras adquieren el 100% de las compañías mediante compras apalancadas. Son adquisiciones financiadas por terceros con fondos que son, principalmente, instrumentos de deuda. Asimismo, las cantidades son grandes y suelen superar los 100 millones de euros.
Es mucho menor que en el caso anterior. Ahora, abundan las series de registros y resultados de las empresas en las que se va a intervenir. El éxito o fracaso de los productos o servicios está más que comprobado.
Hay cuatro. Está el capital de expansión, de desarrollo o growth capital, donde la financiación sirve como palanca de crecimiento. Después, el capital de sustitución o replacement. Este activa procesos de renovación en compañías familiares, filiales o divisiones que buscan una sucesión o reemplazo de sus cúpulas.
En tercer lugar, las operaciones apalancadas o LBO (leveraged buyout) recurren a financiación externa. Por último, el capital de reestructuración, reorientación o turnaround, pretende reorientar la marcha de una compañía.
Al comparar las modalidades de venture capital y private equity, también hay diferencias estructurales entre ambas. La primera suele disponer de carteras diversas que cubren todos los ámbitos de actividad. La segunda tiene un enfoque ceñido a las compañías de tecnología.
Los foros de inversión representan la mayor oportunidad de captación de capital a la que tienen acceso las organizaciones. Sus ventajas son innumerables y no se ciñen al cierre de acuerdos. Desde hace unos años, debido a la digitalización, se celebran tanto en formato presencial, como híbrido y virtual. Esto facilita la participación.
Dada la naturaleza de los proyectos que acuden a ellos, es habitual encontrar firmas de venture capital o capital riesgo. No obstante, no son los únicos, pues asisten miembros tanto internacionales como nacionales de todo el ecosistema inversor. Buscan oportunidades para impulsar proyectos y algunos de los principales inversores son los siguientes:
En general, su objetivo es participar en la capitalización de negocios, sobre todo en empresas que plantean una inversión para crecer y expandirse, con una oportunidad de mercado muy clara.
Dada la gran cantidad y la amplia tipología de conseguir financiación con inversores, es complicado definir el perfil de los que más capital aportan. Si hay una cosa que los fondos tienen clara es que el mejor deal flow de empresas se genera en los foros de inversión. Las entidades que acuden a ellos lo hacen con una clara predisposición a invertir y financiar a las empresas.
A cada foro pueden asistir entre 65 y 75 inversores, con diferente perfil y target. Asimismo, la posibilidad de participar online abre las dinámicas y las hace más productivas. Tanto para los inversores como para los negocios que van en busca de capital, estos encuentros son una gran oportunidad. Incrementan su conocimiento, construyen redes de contactos y tienen la posibilidad de firmar acuerdos.
Como puede observarse, las opciones no tienen que ver tanto con el modelo de inversor, pues pueden ser venture capital o private equity. Se ha visto que cada una responde a unas características, aunque las verdaderas oportunidades se basan en presentar proyectos sólidos, atractivos y con potencial de escalabilidad.
Si eres inversor en empresas, te invitamos a contactar con el mejor deal flow, participando en nuestros foros de inversión. Si eres empresa y tienes proyectos de crecimiento, no dudes en enviarnos una propuesta para que analicemos su presentación en una de las ediciones del foro de inversión.