El concepto de Cuadro de Mando Integral (CMI) fue desarrollado inicialmente por Robert Kaplan y David Norton como un sistema de administración o sistema administrativo (management system) que va más allá de la perspectiva financiera, con la que los directivos acostumbran evaluar la marcha de una empresa.
Es un método para medir las actividades de una compañía en términos de su visión y estrategia. Proporciona a los directivos una mirada global de la evolución del negocio.
El CMI proporciona un marco para considerar la estrategia utilizada en la creación de valor desde cuatro perspectivas diferentes: financiera, cliente, proceso interno y aprendizaje y crecimiento. En el cuadro de mando integral, la acción de medir tiene consecuencias que van más allá de simplemente informar sobre el pasado. Medir es una manera de centrar la atención en el futuro porque los indicadores que eligen los directivos dan a conocer a la organización todo aquello que es importante.
El cuadro de Mando es la herramienta que deberían utilizar los Administradores de la empresa para una buena y correcta información al Consejo de Administración y debería ser claro y conciso, conteniendo la información más relevante que afecte a la empresa (y no únicamente la financiera) para ayudar a la toma de decisiones, en un formato preestablecido, que incluya las desviaciones y aquellos indicadores previamente definidos para un buen seguimiento de las líneas estratégicas clave. El cuadro de mando también debería contener información cualitativa relevante.
Existe infinidad de posibles indicadores que podemos utilizar, dependiendo de los factores que envuelven a la empresa. Algunos ratios o indicadores son de uso muy general. Los más habituales son, por ejemplo:
Cada empresa tendrá, además, aquellos indicadores que le sean más apropiados para el análisis.
Los indicadores deberán reflejarse en un cuadro de mando. El cuadro de mando recoge los principales indicadores y los presenta de un modo claro y útil. El cuadro de mando es un sistema que nos informa de la evolución de los parámetros fundamentales del negocio.
Los cuadros de mando han de presentar sólo aquella información que sean imprescindible, de una forma sencilla y por supuesto, sinóptica y resumida reflejando además la evolución en el tiempo de estas variables para que sirvan en la toma de decisiones.
Tener un cuadro de mando aunque necesario, no es suficiente para que la aplicación de la estrategia tenga éxito; este es el marco del proceso de gestión pero no determina el éxito del mismo. Lo importante va a ser la toma de decisiones que de él se deriven y la formulación de las estrategias más adecuadas a la organización.
En “Cómo utilizar el Cuadro de mando integral” (2001, Harvard BSPC) , Kaplan y Norton aconsejan: traducir la estrategia a términos operativos, alinear a la organización para crear sinergias, hacer de la estrategia el trabajo diario de todos, hacer de la estrategia un proceso continuo y el liderazgo ejecutivo para movilizar el cambio en la organización.
Miquel Costa i Planas, Presidente de foro capital pymes mcosta@forocapitalpymes.com